jueves, 28 de enero de 2016

José Raúl Capablanca: A Chess Biography – Miguel Angel Sánchez (XIV)


Capítulo VII: Tras los pasos de Morphy (III)

Torneo de San Petersburgo 1914 – Fase Final:

Llegamos así al torneo final donde se enfrentaron a doble vuelta los cinco primeros ajedrecistas de la historia a los que el Zar Nicolás II les concedió por primera vez, el afamado título de “Gran Maestro Internacional”; pues hasta aquel momento esa mención no se conocía:


Los cinco primeros Grandes Maestros de la Historia, 
posan en San Petersburgo 1914:
De pie, de izqda. a dcha.: 
Alekhine, Capablanca y Marshall.
Sentados: Lasker y Tarrasch.



1ª ronda. 10-5-1914.

Capablanca tuvo jornada libre.

Clasificación tras la 1ª ronda: Capablanca 8; Lasker 7½; Marshall 7; Tarrasch 6½; Alekhine 6.

2ª ronda. 11-5-1914.
  
Nuestro ídolo y conduciendo las piezas blancas consiguió algo de ventaja en la Variante Abierta de la Apertura Española contra Emanuel Lasker, pero en un determinado momento omitió la mejor continuación posible que le hubiera reportado la ganancia de una pieza.
Al final, Capa obtuvo “un alfil y un caballo” contra una “torre” de su rival, pero no pudo quebrar la resistencia del campeón del mundo y se llegó al empate, eso sí, ¡en la jugada 100!.

3ª ronda. 12-5-1914.

La Apertura Española entre Tarrasch y Capablanca fue muy interesante en varias de sus fases. Capablanca se defendió bien del ataque blanco y contragolpeó en el momento preciso para alcanzar la victoria.

Clasificación: Capablanca 9½; Alekhine y Lasker 8…

4ª ronda. 14-5-1914.

En una Defensa Petroff contra Marshall, Capablanca ganó el peón de “b7”. Su captura resultó ser (como otras tantas veces) dudosa y posibilitó que Marshall hubiera podido montar un fuerte ataque, pero éste cometió un solo error, se llegó a un final y Capa se impuso por su peón de más.

Clasificación: Capablanca 10½; Lasker 9…

5ª ronda. 15-5-1914.

Capablanca, con negras y dada la ventaja en el marcador fue demasiado condescendiente con el joven Alekhine y el empate se firmó demasiado pronto.

Clasificación: Capablanca 11; Lasker 10…

6ª ronda. 17-5-1914.

Capablanca tuvo la jornada libre y así pudo “disfrutar” de dos días seguidos de inactividad ajedrecística, que como veremos a continuación… le llegarán a perjudicar.

Clasificación: Capablanca y Lasker 11 (pero a Capa le quedaban todavía 4 partidas por disputar y a Lasker sólo 3)…

7ª ronda. 18-5-1914.

La que contamos ahora ha sido considerada como una de las grandes partidas de la historia del ajedrez.

Como todo el torneo, el autor del libro, Miguel Angel Sánchez, lo relata excepcionalmente bien ofreciendo matices y señalando historias nuevas hasta hoy desconocidas (!?). ¡¡Ardo en deseos de leerlo por completo!!.

De ¡dramática! se pudo calificar la victoria de Lasker, con las piezas blancas, sobre el maestro cubano usando la Variante del Cambio de la Apertura Española.

Si la desean ver, les recomiendo que vayan a los “geniales predecesores de Kaspárov”. Garry también sienta cátedra en todas y cada una de las partidas que comenta en esos libros, llegando por ello a tener la misma admiración que tuvo Bobby Fischer (en cuanto a fuerza ajedrecística).

Lasker tenía la imperiosa necesidad de ganar aquella partida para aspirar, al menos, a compartir el primer puesto.

La situación previa era la “justa” en la que Lasker sobresalía más que los otros, porque tenía muy desarrollado el sentido psicológico (“Lucha”) en aquella época.

Fue posiblemente la más importante derrota de Capablanca de toda su carrera y el juego de Lasker fue soberbio, tanto psicológica como técnicamente.

Hasta sellos se hicieron de aquella mítica partida


Clasificación: Lasker 12 (una partida más); Capablanca 11; Alekhine 9½; Marshall 7½; Tarrasch 7.

8ª ronda. 19-5-1914.

Lasker tuvo el día libre.

Capablanca se enfrentó a Tarrasch, en aquel momento, último clasificado y como dice el adagio:

“Las desgracias nunca vienen solas”.

El cubano, con las piezas blancas, pierde de modo incomprensible, una Apertura de los Cuatro Caballos, contra el Dr. Siegbert Tarrasch.

Este libro es un "clásico"


Tuvieron que pasar casi treinta años para que a principios de los 40’s, la editora de ajedrez del New York Times, Dana Brannan, consiguiera la revelación del propio José Raúl Capablanca cuando éste le admitió su auténtico “descuido” en aquella partida:

“Estuve toda la noche con una bella mujer y no dormí.
Cuando llegué a la partida me moría de sueño…”.

Clasificación: Lasker 12; Capablanca 11…

9ª ronda. 21-5-1914.

En un esfuerzo titánico y aprovechando el día de descanso adicional, Capablanca le recorta medio punto a Lasker, pues logra vencer, con negras, a Marshall en una partida digna de admiración, en donde Capa en la continua búsqueda de la “victoria forzada” se las ingenió para obtener en una posición compleja tres peones a cambio de un alfil y pescando en río revuelto pudo conseguir la victoria.

Clasificación tras la penúltima ronda: Lasker 12½; Capablanca 12; Alekhine (ya descolgado) 10…

10ª ronda y última. 22-5-1914.

Lasker, con blancas, se enfrentó a Marshall y a Capablanca, también con blancas, le tocaba a Alekhine.

Con una apertura cauta, Lasker “sabiamente” se impuso como primer objetivo, no perder.

Como era de esperar, Capablanca, por otro lado, arriesgó. Alekhine tuvo que entregar un peón en la búsqueda de contrajuego pero Capablanca lo desactivó y su victoria ya sólo era cuestión de tiempo.

Mientras tanto, se levantaba y observaba  como insólitamente Lasker en el inicio del medio juego le pudo montar un tremendo ataque a Marshall que con entrega de pieza incluida le llevó a la victoria; mientras Capablanca se despedía del torneo con idéntico resultado pero en un cotejo más largo…

Así el entonces campeón mundial Emanuel Lasker se proclamaba brillante vencedor del Torneo de San Petersburgo de 1914 con medio punto de ventaja sobre su “tremendo” rival cubano, al que según el autor ruso Sizonenko en su libro titulado “Kapablanca” y editado en 1988; indica que a Capa (¡también!) se le vió la noche anterior a su partida decisiva contra Lasker cerrando a altas horas de la noche un restaurante junto a un nutrido grupo de amig@s (!?).

Libro Kapablanca, de Sizonenko


Sizonenko lo corrobora porque en una visita años más tarde a la ya llamada Leningrado, Capablanca pidió entonces visitar de nuevo aquel lugar y allí recordó la “anécdota” a sus acompañantes, “líderes del pueblo” y “fanáticos” de su juego, que se encargaban de apuntar todo lo que escuchaban (como hace este cronista sin necesidad de recurrir a la “sucia” y “negra” política).

La clasficación general del torneo quedó como sigue:

(Haga click encima para ampliar la imagen): 



Según acabó la entrega de premios, Capablanca se despidió de todos alegando que estaba cansado y que se iría a dormir pronto.

Salió a la calle y pudo disfrutar de una noche en calma pues en aquel mes de mayo el frío era permisivo en San Petersburgo.

Capablanca se dirigió a su casa pero prefirió ir caminando. Necesitaba pensar…

Por el camino poco a poco fue surgiendo una ventisca que con el paso de los minutos se fue convirtiendo en un desagradable viento que le daba incómodamente en su cara.

Mientras tanto se daba cuenta que para ser el número uno y desbancar al gran Lasker necesitaba tomarse más en serio los torneos (!?).

Enamorado de Caissa


Era el momento de romper la relación con aquella “bella dama” (de la vida) que lo había llevado a la no consecución de la ansiada victoria final.

Siguió caminando y llegó muy tarde a su domicilio, con la luna brillando intensamente en la noche y con un certero pensamiento.

¡Tenía que mirar hacia adelante! y correguir los errores cometidos para que no le volviera a pasar nunca más lo mismo y entonces, mientras entraba al portal, se dijo con convencimiento propio y asintiendo con la cabeza:

“Cada vez que el viento pasa, se lleva una flor…”.


(Para escuchar la canción haga click encima):


(Continuará…)
Angel Jiménez Arteaga


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